Valores, Ètica, Ciudadanía

Valores, Ètica, Ciudadanía
"Nada puedes enseñarle a un hombre, sólo puedes ayudarlo a que lo descubra dentro de si mismo". Galileo Galilei

Especialista en Valores Ciudadanos. Facilitadora de Alto Impacto Genética del Cambio.Open Space

Mi foto
Especialista en Educaciòn en Valores Ciudadanos Universidad Catòlica Andrès Bello Caracas-Venezuela

viernes, 26 de abril de 2013

Comencemos a decir la verdad…
Con el ejemplo Educamos  a nuestros niños el Valor de la Honestidad

Si bien todos los adultos aspiramos que nos hablen con la verdad. También los padres queremos que nuestros hijos nos digan la verdad. Sin embargo la mayoría de las veces, nosotros les enseñamos con nuestras acciones que no somos honestos. El valor de la honestidad no es sólo hablarle al niño o joven que decir mentiras es malo, es demostrar con nuestro ejemplo, actos y relaciones con los demás, que no mentimos. Que somos honestos.  

 No todos somos iguales educando, lo que si debemos tener claro que valores queremos educar, casi siempre son los mismos valores con los que hemos crecido y vivido en nuestros hogares. Son los que vamos a ejercer afuera y queremos que los demás también los practiquen. Los valores se apoyan en la cultura y las costumbres de un pueblo. Aunque tenemos que tener claro que hay valores universales, aunque existan diferentes culturas, por ejemplo: no matar, robar…son principios aceptados en todas las culturas. Los valores deben ser aceptados y compartidos por la familia, la comunidad, la sociedad en donde nos desenvolvemos. Pautan normas de comportamiento de las personas y los ciudadanos. De otra manera, entraríamos en conflicto, seria difícil o imposible la convivencia, poder relacionarnos con otros.
Por eso es importante que si quieres oír la verdad en tu hijo, reconozcas que el valor que quieres fomentar es la honestidad. Es el valor, que tu también debes practicar, tus acciones deben ser ejemplo para los niños de persona honesta.
Incoherencia entre hablar y hacer
Cuantas veces estás en casa y tu hijo atiende el teléfono, es una persona que pregunta por ti, y le dices al niño que diga que no estás. También te debe haber sucedido, que cuando te pide explicación, le dices que es alguien a quien le debes un dinero y que no tienes como pagarle.
Es viernes, llamas a tu trabajo contando que falleció un familiar, cuando tu intención es tomar el fin de semana para ir de paseo a la playa con la familia.
Tienes que entregar un trabajo en una fecha y pones como excusa que se borró el informe por un virus en la computadora. Te prestaron un vehículo lo chocas en el estacionamiento, lo entregas al dueño, no le dices nada y cuando este se da cuenta, le dices que no fuiste tú, que pudo haber sucedido cuando se lo entregaste.
Si los padres hablan a los hijos de la necesidad de ser honestos y decir siempre  la verdad y hacen otra cosa. ¿Cómo crees está recibiendo el mensaje tu hijo? Con este proceder, la formación que le estás dando al niño,  es que mentir es bueno. Aceptable cuando hay un motivo a conveniencia que lo justifica. No importa tu falta, el incumplimiento del deber, lo importante es encontrar la manera para que la mentira sea creíble, evadir responsabilidad, salvarse de las consecuencias… 
Los padres o el adulto que educan deben asumir la responsabilidad y el compromiso contraído. Sea con la familia, el hijo, el trabajo, la sociedad. Cuando no eres capaz de encontrar verdaderas razones para explicar al otro que te impide cumplir con lo acordado. Si tienes que recurrir a la mentira, estás siendo deshonesto, estás enviando un mensaje muy negativo e inconsistente a los demás de lo que es ser una persona honesta.
Los hijos son muy observadores están viendo continuamente las actitudes de los padres, lo que dicen, lo que hacen y lo que dejar de hacer. Nada se les escapa a sus ojos y oídos. Por eso los niños y jóvenes son capaces de ver en el ejemplo deshonesto la excusa perfecta para poder hacerlo ellos también. Decirle a la maestra que no llevó la tarea porque el perro de la casa se comió el cuaderno.  Evitar ir al colegio fingiendo que le duele la barriga, porque no quiere presentar el examen o quiere quedarse en casa jugando vídeo juegos. Les resulta fácil llegar a casa con el juguete de un compañerito y decir que se lo regalaron. Con suerte en casa nadie le pregunta, cuando lo ven con un juguete nuevo. Cuantas veces no oyes decir a tu hijo: ¡mamà yo no fui! otro niño  empujó a la compañera. Después descubres que hay testigos que dicen que fue él…Podríamos llenar páginas de anécdotas de cómo mienten nuestros niños. Muchas de esas mentiras son situaciones chistosas y otras no tanto, porque han tenido consecuencias. Cada vez más oyes a otros padres: tengo en casa “un niño mentiroso”. Cuando son pequeños resulta gracioso, por la picardía e inocencia de como dicen las mentiras. Lo que debe llevarnos a la reflexión, es que esas “pequeñas mentiras”, deben ser atendidas por los padres y adultos. Ir conversando con el niño a tiempo, haciéndole ver, que no decir la verdad, no es lo correcto, Mentir tiene consecuencias.
¿Se puede ser honesto? ¿Cómo lograrlo?
Una de las inquietudes con las que me encuentro conversando con padres y profesores, es que pareciera que en nuestra sociedad es ya habitual mentir. Ser deshonesto es una realidad que estamos aceptando como algo normal.  Muchos adultos con sus conductas deshonestas, son noticia en medios de comunicación, donde los niños los ven, además que envían el mensaje a los jóvenes que dichos comportamientos son parte de la viveza de algunos para lograr objetivos. El mensaje es: Eres tonto, si no aprovechas la oportunidad de enriquecerte rápido. No importa si no cumples el trabajo asignado. Te llevas a tu casa recursos de la oficina, almacén, el hospital, la fábrica…Sus consecuencias perjudican a otros, no las ves, pero les estás negando  derechos a otros.
Si es posible ser honesto, pero todos tenemos el enorme compromiso de educar a niños y jóvenes en valores. Debe estar presente como acción humana permanente.

Prioridad:
Si queremos una sociedad y mundo mejor. Debemos promover y defender la Verdad como un principio de justicia. Desde el momento que tú como persona, padre, y ciudadano cumples con tus obligaciones eres honesto y justo con los demás. Estás  aportando valores para que sea posible la Convivencia en Paz!